Cómo combatir los gérmenes del aire

 

Solemos pensar que la contaminación del aire sólo existe en los espacios abiertos y exteriores, sin embargo, los espacios interiores también pueden contener agentes nocivos para nuestra salud suspendidos en el aire. Desde virus, hasta gérmenes, pasando por bacterias o toxinas, son habituales en el aire que respiramos dentro de los recintos cerrados.

Los riesgos para la salud dentro de los espacios cerrados pueden estar generados por el entorno, mediante toxinas químicas de objetos, o por las propias personas, a través de virus, bacterias o gérmenes que transportemos. Si además se trata de lugares como hospitales, residencias, laboratorios, fábricas… los riesgos de la contaminación ambiental se multiplican ya que es más fácil que se propague y afecte a más gente, pues son lugares muy frecuentados y con grandes cupos de personas.

Por eso es importante que tratemos de eliminar, o al menos disminuir, la cantidad de agentes nocivos dentro de los lugares cerrados. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?

Consejos para limpiar el aire

Existen dos procesos básicos para mantener el aire limpio. Por un lado encontramos el reciclaje del aire, en el cual nuestras mejores aliadas son las plantas de interior, ya que son las encargadas de convertir el dióxido de carbono en oxígeno gracias a su fotosíntesis. Sólo tenemos que mantenerlas en las condiciones óptimas para que estén sanas, es decir, regarlas periódicamente y colocarlas en sitios donde reciban luz solar. Y por otro lado, reducir las toxinas químicas en el ambiente, como la de los ambientadores comerciales. Pero además, podemos conseguir un aire más limpio con los siguientes tips:

  • Abrir ventanas y puertas para que el aire pueda circular, de forma que los agentes nocivos sean expulsados de las estancias. Además es recomendable facilitar que la luz del sol entre por las ventanas, ya que la luz ultravioleta del sol ayuda a matar microorganismos. Otra opción son las luces UV del tipo germicida. Este tipo de iluminación artificial puede inactivar algunos microorganismos, como bacterias o virus, ya que ejerce la misma función que la luz solar.
  • Instalar un purificador de aire para facilitar el reciclaje del aire. Esto es recomendable sobre todo en las épocas de invierno, cuando se suelen abrir menos las estancias, o bien aquellos lugares que no tienen ventanas u otras opciones de ventilación. De hecho, existen aparatos que utilizan ozono para limpiar el aire. Entre los beneficios de desinfectar el aire con ozono encontramos su función oxidante que ejerce como un un poderosos bactericida, virucida y germicida, que destruye elementos como nicotinas, alquitranes, amoniacales… del aire. Esto permite acabar con cualquier toxina nociva que circule por los espacios cerrados.

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