El oído es uno de los sentidos más útiles que tenemos a nuestra disposición. Está tan presente en nuestra vida diaria que muchas veces no nos fijamos en que está ahí, proporcionándonos constantemente información útil sobre el mundo que nos rodea, permitiendo que otros sentidos, como la vista, se centren en estímulos más concretos y formando en combinación con ellos una experiencia sensorial completa, a través de la cual somos capaces de comprender la realidad en la que nos movemos a diario.

Por eso precisamente, cuando percibimos que nuestra capacidad auditiva empieza a fallar debemos acudir cuanto antes al doctor otorrinolaringólogo, para que revise nuestro oído. También podemos visitar centros auditivos de confianza para que realicen un diagnóstico adecuado de nuestra situación actual. A partir de ahí podrán recomendarnos el mejor tratamiento a seguir en función de nuestro caso concreto.

Los principales problemas auditivos que pueden afectarnos son la pérdida de audición y los acúfenos. Veamos en qué consisten:

• Pérdida auditiva: este trastorno, también llamado hipoacusia, está causado por daños en una o más partes del oído y puede darse a cualquier edad. Sus causas son ser variadas, incluyendo traumatismos en la zona auditiva, enfermedades como infecciones de oído y meningitis, la exposición prolongada a ruidos fuertes, la formación de tapones en los oídos, antecedentes familiares o el envejecimiento.
• Acúfenos: se trata de ruidos que se perciben sin estar originados por estímulos exteriores. El cuadro al que dan lugar se conoce como Tinnitus, que por lo general está relacionado con una pérdida auditiva neurosensorial y genera un gran malestar a quien los padece. El estrés puede agravar los síntomas.

¿Qué puedes hacer para cuidar tus oídos?

Con el fin de que aprendas a llevar una correcta higiene auditiva y así prevenir estos y otros problemas del oído te recomendamos seguir las siguientes pautas:

• No utilices bastoncillos para limpiar tus oídos, porque pueden dañar el tímpano y producir otras lesiones problemáticas, amén de que no son demasiado eficaces retirando la suciedad de la parte más profunda del canal auditivo.
• Evita permanecer mucho tiempo en ambientes muy ruidosos. Si hay muchos aparatos eléctricos produciendo juntos una gran cantidad de ruido, intenta apagar el máximo de ellos si está en tu mano.
• Cuando tengas un catarro o una gripe permanece siempre atento a tus oídos, ya que pueden complicarse dando lugar a una infección en esta zona. Si notas que tu capacidad auditiva se ha reducido considerablemente o te duele el oído acude sin falta a tu especialista médico.
• Si trabajas en un entorno con maquinaria muy ruidosa, asegúrate de utilizar protección auditiva, como tapones para los oídos o cascos de protección aislantes.
• No pongas el volumen muy alto cuando escuches música, especialmente si utilizas auriculares, pues pueden llegar a dañar el oído y reducir tu capacidad auditiva considerablemente.
• Cuando te bañes, ya sea en el mar o en la piscina, sécate correctamente los oídos después de salir del agua. Si se te queda agua o humedad en el interior de los conductos auditivos pueden aparecer infecciones que, si no son tratadas adecuadamente, es fácil que deriven en una pérdida de audición.
• Hazte chequeos de manera regular en tu centro auditivo, sobre todo a partir de los 50 años. Cuando antes se diagnostica un problema de audición, más efectivo es su tratamiento y mejor pronóstico tiene, con mayores garantías de poder llevar una vida perfectamente normal.

Aunque puede haber causas que escapen a nuestro control en la aparición de una disminución de la capacidad auditiva, como factores hereditarios o la edad, sigue estos consejos que te ofrecemos y mantendrás en perfecto estado la salud de tus oídos en la medida de tus posibilidades.